viernes, 22 de julio de 2011

más o menos capicúa.

Hola, me llamo Pedro y de mayor quiero ser la ciruela más sabrosa que se coma un mono. Me da igual que te parezca estúpido, a lo mejor mi semilla germina en él y luego -con perdón- caga ciruelobananas. ¿Y por qué no?
Son las dos menos veinte, menos dieciocho y un, dos, tres... Ni Freddy viene a por ti. Es triste.
A veces mi dentista me habla mientras empasta... Y esto es lo que nos lleva al principio; me preguntó qué quería estudiar y le conté mi fructífera (de fruta) idea. Se atrevió a llamarme incoherente y revisó la dosis de anestesia.
Si no pudiera ser esto -hola de nuevo-, ¡entonces me llamaré Juanito! y me convertiré en flor. De color azul, como un escarabajo fiestero. Todo esto para extinguirme felizmente enredado en el pelo de alguna chica que, con algo de suerte, me guardara y plastificara mi cadáver de flor entregándome deliberadamente a la eternidad.                                                                                                                                                   Por los siglos de los siglos, Néma. Que es amén al revés. Corre que si no lo coges se te escapa.
Me gusta tu pulsera, niño. Me gusta mucho. ¿Qué pone? Es que no sé leer, ¡pero me gusta igual!  Así que brackets eh... No te preocupes, la Doctora Nieves es una profesional... No, yo tampoco entiendo por qué hace eso. Será que le divierte cómo intentamos responder anestesiados, con la subcionadora esa y sus manos dentro de nuestras bocas. No sé, no sé...
...solo es una teoría.

viernes, 15 de julio de 2011

.

- Eres mi mejor amiga... desde hace siglos. Pero hoy tengo que decirte algo... Espero que después de esto todo siga siendo lo mismo, de verdad. Sé que no vas a entenderlo pero...
- Estás asustándome.
- Tía... esque tenía que decirte que... de verdad que no quería pero... ¡¡YO BAILO MEJOR QUE TÚ EL PASO DEL PINGÜINO!!

lunes, 11 de julio de 2011

Carolina.

Carolina es una desordenada. Hasta tal punto que su hermano mayor dice que el cuarto de Carolina es como un agujero negro, lo que allí se acerca nunca vuelve a ser visto. Qué sabrá él, que acaba de volver,el muy inútil.
Carolina nunca encuentra sus cosas y detesta que le digan “claro, si estuviese en su sitio no tendrías que buscarlo”.
Y no es que no lo intente, es que simplemente no está en su genes y esto le trae bastantes problemas. A veces le echa la culpa al perro, odia a ese maldito chiguagua, pero nunca resulta.
Su abuela dice que es un desastre, y no va desencaminada. Para colmo ahora tiene que compartir habitación con su hermano pequeño. Creedme cuando os digo que esta chica es realmente desorganizada, tanto que tiene deshubicado hasta el corazón desde que vio al chico de sus sueños besar a otra y el órgano se deslizó para situarse en la planta de sus pies. Con tanto movimiento se le ha desordenado. ¡Lo que le faltaba a la pobre Carolina!
No piensa contárselo a nadie, además su madre no la escucharía y se limitarías a decirle que ordenara su habitación, ya sabéis eso de: ¿esto es un cuarto o una leonera?
Y ahora, como si fuese poco con el de su alrededor, está también llena  de desorden.
¿Pero como narices se recoje el dolor del alma? Carolina se colgó litera abajo, a ver si el corazón volvía a su sitio. Lo único que consiguió fue que su abuela le diese una buena charla: Pero que haces niña, vaya generación esta, no te das cuenta de que se te va a ir toda la sangre a la cabeza y te va a explotar?
Pensó que tampoco era mala idea como último remedio y empezó a buscar otras terapias para la rehubicación¿pero cuáles?
Carolina también tiene cosas buenas, no os creáis.  C es una soñadora, pero tiene los pies en el
suelo (menos cuando se sujetaba con ellos a la barra de la litera, claro está) y sabe tomar sus propias decisiones. Carolina puede contar a sus amigos con los dedos, y le sobran bastantes; pero es considerada amiga por la mayoría de la gente que conoce, que no son pocos.
Ella dice siempre lo que le pasa por la cabeza; y eso sí que está en sus genes. Por su padre, que no piensa dos veces las cosas antes de soltarlas. Que luego sus palabras tengan sentido es otra cosa, él lo deja ahí y que lo coja quien quiera, o quien pueda...
La silla de Carolina ha acumulado tanta ropa que ha amenazado con abrirse en dos. C tiene un móvil que usa más bien poco ya que siempre lo olvida en algún lugar de la casa, y luego no lo encuentra. No hay lugar para trivialidades tecnológicas en el desordenado mundo de Carolina.
Carolina te trata bien, siempre que no le cantes esa canción.
Ahora mismo, nuestra protagonista, debería estar recogiendo los converse que dejó en la sala hace dos días, el calcetín que olvidó esta mañana al salir de la ducha y el cupa-chup de cola a medio comer que reposa en algún lugar de la casa. Pero no puede, porque todavía está buscándose a sí misma.
Mierda C, has vuelto a hacerlo.
Carolina se ha perdido en sus propias letras y no quiere pensar en nada que no sea el chico que la ha trastornado hasta la médula. Y a ver que os digo yo de ella ahora.Carolina se enamora,sí, pero eso es un libro.
En realidad Carolina es una tía genial, y su desorden patológico también tiene ventajas. Es imposible que pierda el norte si no ha llegado a encontrarlo. Carolina vive regalando sonrisas a todo el mundo; el cartero, la vecina cotilla, la señora del estanco, los abuelos del parque...
Creo que C lo va a conseguir, organizarse un poco, digo. Apuesto que no lo hará sola, habrá alguien dispuesto a sujetarla boca abajo o a inventar estrategias para culpar al perro, si esto fuera necesario. Y es que eso es lo mejor de Carolina, que después de todo tiene encanto.

Me llamo Alicia, pero algo me dice que si mi madre leyese esto empezaría a llamarme Carolina.

sábado, 9 de julio de 2011

Mi telescopio no admite a los incrédulos, hace reales tus sueños pero no cumple deseos.


Aquella noche me llevó a la terraza para ver la luna. Él, más experto, conducía el telescopio y de vez en cuando me indicaba el nombre de las estrellas de alguna constelación.
Me separé del aparato para que pudiese enfocarlo hacia, según él creía, el planeta Marte.

- ¡Una estrella fugaz! Bien; Deseo que no nos separemos nunca.

Aquella frase hizo que me sintiera engañada y no pude evitar apartarle de mí. Ambos sabíamos que al cabo de un año él se iría, como en las películas, a vivir a Nueva York y nada sería lo mismo.
Me miraba inquisitivamente, y yo sabía que pronto lo adivinaría aunque no yo no me pronunciase al respecto.
- No ha habido ninguna estrella.
- Sí, solo que ha pasado muy rápido... ya sabes, FUGAZ.

Aun reía cuando se acercó de nuevo a mí. Ahora estaba realmente indignada, mi mejor amigo se iría y no había forma humana de evitarlo. Seguía furiosa.- La habría visto. -Le espeté y mi hostilidad era casi palpable.
- Bueno.. ¿y a ti qué te pasa ahora?  
Vale... no había ninguna estrella pero ya verás que mi deseo se cumple.
Me pareció ver en él la ilusión de un niño cuando le entregan el helado por el que tanto ha pataleado. La imagen me hizo sonreír.
- ¿Ah, sí? ¿Cómo?
- Amiga mía, ¡este telescopio es mágico! Una vez al año, cuando la luna está llena...
- Menguante.    -sonreíamos ya de oreja a oreja-
- Eso.. ¡menguante!, los deseos se hacen realidad.
- No sé cómo hacerlo...
- Es fácil, mira -tomó mi mano y la colocó sobre su pecho- ¿lo sientes? Ahora solo tienes que cerrar los ojos y pedir tu deseo.
- Abrázame. (...)
¿Puedo pedir otro deseo?
- Tantos como estrellas ves en el cielo.
-  No me sueltes nunca, porque si lo haces voy a extrañarte siempre.

Se separó unos centímetros que a mí me parecieron un abismo. Me apartó el pelo de la cara y miró de nuevo al cielo. Se tomó su tiempo antes de responder.
- No lo hagas.
- Tenía que intentarlo, ¿no?
- Supongo que sí. (...)
- ¿Quién te ha dicho que dejes de abrazarme?


Y mientras respiraba de su aire me susurró que me mandaría una postal cada mes y que ya sabia que nunca le había gustado hablar con una pantalla.
No comentamos nada más hasta después de un buen rato.Fui yo quién rompió el silencio.
- Creo que te han timado, ese trasto no es mágico porque al final, como en la canción, el telescopio no puede hacer realidad mis deseos.
Besó suavemente mi mejilla y me dedicó la más bella de las sonrisas.

- ¿Qué canción?
- La qué cuenta como acabó nuestra historia cuando te fuiste a la otra punta del planeta.

lunes, 4 de julio de 2011

AMOR son palabras mayores.

¿Qué te hizo pensar que dependía de ti? A ver, ¿por qué iba yo a 'enamorarme' del chico más imbécil de la ciudad?
Sí, te quería y eso lo sabemos todos. Pero, en serio, ¿tan creído te lo tienes? Venga ya...
¿Qué te hace creer que tienes derecho a estar celoso? De veras que no te entiendo. Si hubieses sido un poco más... tal vez un poco menos idiota... A lo mejor podríamos haber sido algo, poco más que una historia de verano, tampoco te creas.
Pero a ver, chavalín, ¿por qué no te aclaras? No es que me importe mucho, pero no se puede ir así por la vida.
Si quedaba algo de cariño en mí te lo cargaste del todo cuando me restregaste a esa chica que "está buenísima, joder". Y ala, que si ella te quiere y te considera lo más bonito de su vida te la suda, ¿no?
Hipocresía señores, cuando te ofendías si te soltaba que no eras la excepción.
¿A cuento de qué me cuentas tu vida? No vas a ponerme celosa, ni me voy a tirar a tus brazos... te lo digo desde ya para que duermas tranquilo.
¿Por qué haces esto ahora?  Tío, déjalo ya e intentemos quedar como amigos. Además, te agradecería que dejases de intentar resucitar lo nuestro porque, básicamente, yo no estoy muerta y esto no es Thriller.

I; nunca, repito nunca, se llora por desamor.

- ¿Qué sientes?
- No sé, es como si me fuese a explotar el alma de un momento a otro. No es dolor sino vacío... Es  saber que le has abierto el corazón a un completo idiota y no poder remediarlo.
- Amiga, eso es amor.
¿Pero qué le hiciste cuando te dijo que no había pretendido hacerte daño?
- Le miré a los ojos y dije: <<Tranquilo, que tíos para follar nunca faltan>>.
- Amiga, eso son un par bien puestos. ¿Y después?
- Recordé la regla número uno... y te llamé.
- ¡¿Solamente?! Tendrías que...
- ¿Haberle roto la cabeza? Total, para el uso que le da...
- Si se te vuelve a acercar te juro que le amputo el miembro.
- Ey, recuerda la segunda norma...
- NO EXISTE ¬¬
- ¡Pues ahora sí!; II: la venganza y el odio no conducen a ningún sitio.
- ¡Venga ya! Si ese intento de chico es un...
- Bueeeeno... lo consultaré con el comité.
(risas)
- Tía, ¡estás loquísima!... digo, ejem, ¿cuál es el veredicto?
- El comité considera que el sujeto merece una excepción de la regla número dos.
- ¡BIEN!
- Sin amputaciones *
- Tía... eres lo mejor.
- Somos lo mejor*