lunes, 4 de julio de 2011

I; nunca, repito nunca, se llora por desamor.

- ¿Qué sientes?
- No sé, es como si me fuese a explotar el alma de un momento a otro. No es dolor sino vacío... Es  saber que le has abierto el corazón a un completo idiota y no poder remediarlo.
- Amiga, eso es amor.
¿Pero qué le hiciste cuando te dijo que no había pretendido hacerte daño?
- Le miré a los ojos y dije: <<Tranquilo, que tíos para follar nunca faltan>>.
- Amiga, eso son un par bien puestos. ¿Y después?
- Recordé la regla número uno... y te llamé.
- ¡¿Solamente?! Tendrías que...
- ¿Haberle roto la cabeza? Total, para el uso que le da...
- Si se te vuelve a acercar te juro que le amputo el miembro.
- Ey, recuerda la segunda norma...
- NO EXISTE ¬¬
- ¡Pues ahora sí!; II: la venganza y el odio no conducen a ningún sitio.
- ¡Venga ya! Si ese intento de chico es un...
- Bueeeeno... lo consultaré con el comité.
(risas)
- Tía, ¡estás loquísima!... digo, ejem, ¿cuál es el veredicto?
- El comité considera que el sujeto merece una excepción de la regla número dos.
- ¡BIEN!
- Sin amputaciones *
- Tía... eres lo mejor.
- Somos lo mejor*

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